domingo, 10 de enero de 2010

24 GRAMOS DE POMADA


Esta semana no se si a causa del frío o porque sí, me salió una grieta en el labio. Si alguna vez te ha pasado, duele muchisimo, es incomodo, cuando crees que esta cerrada se vuelve a abrir, se va haciendo más grande, y llega el momento en que abrir la boca para comer es todo un suplicio porque notas ese cortecito que no hace juicio a su tamaño.

Llevaba unos días preguntando a mi madre sobre la pomada que utilizaba para ese tipo de heridas, ella me decía que no sabía de que pomada le hablaba, que me pusiera cacao o vaselina, el caso es, que utilizar esos recursos no me estaba solucionando nada.
El viernes por la mañana tras salir de mi cuarto, me miro mi madre y me dijo “que grieta más fea tienes en el labio, yo tengo una pomada que es muy buena”, una mala leche se apodero de mi, estaba tres días sufriendo con la dichosa grieta y mi madre me decía ahora que tenía ella la pomada.

Anoche me volví a poner pomada en el labio, deje la pomada al lado del lavabo. Esta mañana me he vuelto loca buscando la pomada, ahora que tenía mejor la herida, la pomada había desaparecido, la he buscado donde la deje anoche, en el armario de las medicinas, en mi habitación y nada… ¿Dónde la he metido? Me preguntaba, vaya, que mala suerte, tengo la cabeza en los pies, y para colmo tampoco se donde puse ayer tarde el móvil. Aparece mi madre, me pide que le seque el pelo, yo estoy desconcertada en el baño porque no encuentro la pomada, le digo que si, que le arreglo el pelo, sigo buscando la pomada, “joder” donde esta, mi made me mira, y me dice, toma la escondí anoche porque no la guardaste en su sitio. Yo me he quedado mirándola un segundo mientras sacaba la pomada escondida en un armario, detrás de otros medicamentos imposible de ver. No me podía creer lo que estaba pasando, mi madre me había escondido la pomada que me curaría la herida, por mi olvido de no guardarla en su sitio.
La lección del escondite habría seguido sino dependiera de mí arreglar sus cabellos. Una lección basada en prolongar la duración de la grieta incurable.
Un tubo de pomada de 24 gramos, es absurdo, eso no le puede molestar, no he dejado un caballo en el baño, más grande que ella tres veces, ha sido un tubo de pomada, un tubo de pomada de 24 gramos, 24 gramos de nada…

Ahora se porque razón, cuando me desaparece algo, vuelve a aparecer al cabo del tiempo en un lugar insospechado. Espero que pronto aparezca mi falda flamenca…

1 comentario:

  1. Beaaaa!

    Me gusta mucho tu blog, los escritos son muy buenos, sólo echo de menos algunas fotos más de esas tan geniales que sé que tienes...

    Sigue escribiendo, aquí tienes una seguidora...

    Te dejo la dirección de mi blog:
    http://enfemeninosinlugar.blogspot.com/
    me gustará conocer tu opinión.

    Un abrazo

    Lidia

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