domingo, 31 de enero de 2010

LEER DESPUES...

24 de Junio del 2000, la última línea grabada en esa puerta de madera pintada de marrón que da al patio trasero de la casa de mi abuela. Esta tarde miraba fijamente esa línea, esa marca, esa huella que acerca lo pasado. He pasado mis dedos por esa línea que hacía años olvide que estaba allí. Hace diez años que deje de crecer. A los quince me congele. Un metro cincuenta y ocho centímetros escasos recorren mi cuerpo. Y justo ahora se repite lo que pasó hace diez años. Nunca creí que era cierto, siempre pensé que la vida era una línea, por la cual caminábamos y nunca volvíamos a pasar. Pero llevo unos meses viviendo lo mismo que viví hace diez años. Tengo ese mismo sentimiento, la misma mirada, vuelven al presente gente del pasado. Llamadas telefónicas, encuentros inesperados, números sin nombre y reviví la misma locura que cometí cuando tenía quince años, algo más desfasada a consecuencia de los lujos que te brinda la edad, pero en el fondo la misma. Increíble… pensé al día siguiente cuando recobre la conciencia. Todo vuelve a pasar. Todo se repite.

Ahora voy a escribir algo para el futuro… leer dentro de seis meses.

[NOTA DE AGENDA, anotar en rojo para remarcar; en abril hace diez años, seis meses.
Julio 2010].

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